COMPASES DEL VIENTO AMARGO
(Ingeniería Poética)
a mis padres y a toda mi familia de sangre y no sangre…
“Su luna de pergamino
Preciosa tocando viene.
Al verla se ha levantado
El viento que nunca duerme”.
F. G. Lorca; Romancero Gitano
CAUSALIDAD HUMANA (de atRrásiempreaDelante)
¿Qué es lo que guarda mi memoria, y lo perdido, y aquello ciertamente recuperable, qué convicción o ideología o realidad dada?
Repaso las hazañas y los pequeños pormenores entrelazados. El color que sostiene lo inextinguible, y esa niebla que se va posando sobre todo, sobre lo propio y lo ajeno, hasta convertirlo en polvo que recoge la brisa.
¿A qué se reduce el recuerdo? Una vida: treinta años de alientos y desalientos, de búsquedas, de ilusiones, de destinos, de días con sus noches; una colección para la nostalgia y un arma poderosa para condicionar el futuro.
Fernando Colorines
El PRINCIPIO INESTABLE DEL SUEÑO
(¿Cuántos colores harían falta para ensuciar tanta pureza, presa del blanco perpetuo, de aquel que oculta su verdadera condición: sola, diversa y prolífica, resumida casi a una aptitud o a un único gesto, repetido hasta la eternidad por un continuo de generaciones y culturas?¿ Cuántos colores para obviar el vacío, para amortiguar el paisaje gris que nos pertenece, como el poso de un sentimiento de abandono?
Todos los colores
Aquellos posibles
¿Pero cuántos más?…)
I
Tratamos de vivir sin tocarnos apenas
sin pertenecernos verdaderamente
al omitir el precio de nuestra libertad
en las caricias que arriesgamos por miedo
nada indica una salida a la razón
nuestro cerebro evoluciona en el análisis continuo
acalladas sus capacidades originales
amarrando el sentimiento a los propósitos
esperando que se conformen las piezas del ideal
quizá colocamos demasiado lejos nuestras metas
olvidando lo que nos allega al día
el tímido escándalo de lo que no se extingue
tras el humo de banalidades efímeras
y todas las primeras impresiones
el leve rumor que se asoma siempre a deshoras
y que lleva el mismo ritmo que los astros.
II
No sé si puedo compartir
las cenizas de mis sentimientos
sin mover el fondo
del manantial transparente de la amistad.
III
Miraron en la sobremesa del viento
aquellas cadenas que se rompían
como jirones de humo inerme
alrededor de un pie muerto
las moscas continuarán bailando
el fin disipa la realidad
diluye nuestros sueños
como la vida los acuna
miraron donde caían las estrellas silenciosas
y su mirada construyó el pensamiento
y el pensamiento extravió al corazón.
IV
Despedidas en la memoria
descensos de tela amarga
corazones en los ojos
caídos por las calles del tiempo
desde las costuras de la falsa eternidad.
V
Despego las corazonadas inevitables
de la superficie de la realidad
me atraganto con los sentimientos impuros
que se arrugan ante el miedo irracional
tantas letras pagadas
para descubrir la amplitud del cosmos
el alcance de los sueños antiguos
porque mis alas tiemblan en la libertad
de los abismos existenciales
y yo no soy libre
pero libres son mis corazonadas.
VI
Un abrigo de tristezas y cristales
para entender que el miedo condiciona
sobre este azul marchito que guardo
como la mayor de mis alegrías viejas
como la única certeza de lo invisible
se vuelve mi rostro
una y otra vez
hacia ese instante perdido en mis pasos
donde la vida se parte sobre el sueño
y un columpio de luces y sombras
al final de la calle
balancea a un niño solitario
que ignora sonriendo su futuro.
LA CANCIÓN DE LA SOLEÁ PERDIDA
(¿Dónde se quedó mi armadura de color cobre esperanza con la que llamaba a las puertas del tiempo, en aquellos días en que mis labios se arrojaban al enorme abismo de la conjetura femenina, detrás de miradas metálicas e inocentes que poco a poco fueron colmando mi corazón de sueños y cenizas, y el corcho de mi habitación de fotografías extraviadas?...
¿Dónde habré guardado aquellos motivos poderosos que me empujaban a desconocer la incertidumbre y a dilatar los rincones mágicos de la noche?
¿En qué lugar me olvidé del tacto de las estrellas y de los sonidos trascendentes del viento?
Siento que me atrapa la luz de la saciedad, que el vacío irreal se une a la distancia creciente…
Y en los ecos de mis entrañas tal vez renazca alguna nueva concepción de la vida, porque sigo confiando en que todo depende de ti y de mí.)
I
En la medida del tiempo
me acechan las más diversas teorías del ser
creo que existe algo equivocado a lo lejos
atrás
en la memoria
y es por eso que
los árboles duermen intranquilos
y el aire se resiste al trueno
y las salamandras huyen de mis manos.
II
Silban lejanos desencuentros
para abrir las nuevas posibilidades
el cajón guarda rostros anónimos
y escenas imposibles de alcanzar
la muerte es una ideología
para los que viven del hambre ajena
y el amor es otro invento más
para los que únicamente se quieren.
III
Las nubes dicen que no son de algodón
y además
creen
a veces
que nosotros somos como las piedras.
IV
En la duda no se desliza el viento amargo
ni se acoplan los sonidos del placer
allá se extinguen los mundos posibles
y se diluyen las buenas intenciones
en la duda caminan mis manos
pero no tu corazón inerme
en la duda caemos todos sin excepción
pero es sólo una excepción quien sostiene la duda
porque dudando florecen también los mártires y las amapolas
V
Cuestiones para la papiroflexia del porvenir
preguntas adquiridas en la soledad de las calles
mientras recojo la mala costumbre de volver la mirada atrás.
VI
Nadie estampa sus caricias
si se duele de los denostados quehaceres compartidos
por ello
vagar rebotando sobre la máscara y el anuncio sincero
es tan difícil
como igualar las distancias entre la luna la tierra y el sol.
VII
El que rehúsa a sus sensaciones
no dispone de un sueño al que aferrar su sed
miles de ombligos anteceden a la esperanza
que discretamente se oculta tras las piedras
un abismo iniciando el temblor
de las estabilidades adquiridas
como una huella de sonidos incongruentes
a través de las delicias del sistema
aquellos conceptos fecundados
por las bellas filosofías que nos enseñaban a amar
y a olvidar a la vez
aquellas imágenes de la ilusión
arrojándose contra las paredes del día a día
tus manos
mis manos
y el ayer.
EL VIENTO AMARGO SE TRASFORMA
(Aunque me pare a mirar un instante… Hay algo de mí que se va. No se pierde, se va… adelante, aprisa, hacia una estación incierta que a veces consigue arrastrar mi vida entera, mi tiempo y mis sueños… y que es una especie de porvenir.
En verdad existe en nuestro interior un territorio universal prácticamente infinito en el que nuestro pensamiento juega un papel semejante a la materia, creando dimensiones, mundos, universos desconocidos…
Besos que aún se allegan al corazón, porque la realidad se ve alterada por la química y la física del viento)
I
Azul y alegría
ralla mi testimonio: el afán de la plenitud
invoco los elementos bajo la audiencia de mi pensar
imagino la cara del viento
la piel de la tierra
el color del agua
las formas del fuego
pretendo evadir el control de las horas grávidas en mi memoria
astros que bailan y oscilan
empuñando su destino y su caída
tiembla la nostalgia sobre el cúmulo de billetes
que traen los distintos vaticinios
la otra fe: la razón
la insuficiencia: la percepción vacía
el esqueleto del sueño o la supervivencia de la humanidad
hay una tela sobre los ojos
que nos libra de ver el final de esta calle
pero allí vamos
convencidos de impulsar con lo ajeno
los entresijos de la ilusión.
II
Encuentro muy dentro de mí
una luz clandestina
que no me pertenece
pero que es lo único que soy en verdad.
III
Apenas encuentro caricias
en las distintas incidencias de las horas
el amanecer ausente
la lejanía fotográfica de los míos
el camino al trabajo
sin una sola baldosa amarilla que pisar
la mañana al tran tran del tiempo
el mediodía de cañas y eternidades
la comida con prisas silenciosas
la canción oblicua de la tarde
y por fin el recodo perpetuo
donde el atardecer alimenta mis pupilas
progresando en los afectos compartidos
que llegan al lugar del intercambio
de un grupúsculo de seres anónimos
que conspiran creciendo juntos.
IV
Pierdo el control de esas huellas indelebles
que se posan sobre mí
desde el universo revelado por mi mente
no distingo entre la caricia y la herida
entre el gesto inocente y su finalidad parcial
entre la mirada desnuda y la máscara concreta
caigo en una red de pensamientos infinitos
que mantiene mi vida sujeta al continuo análisis
al inmarcesible placer de conquistar las situaciones adversas
con todo
yo quisiera confiar en mi persona
pero hay algo de mí mismo que rechina
que no se rinde a las convicciones aparentes
que renuncia a jugar con unas reglas inventadas
que se divierte abriendo mi corazón cuando quiere.
V
Cuento refugios de piel
que son geografía de lugar
para un único retrato del insomnio
cuento las sacudidas trascendentes
en las que restrinjo la soledad de la conjetura
y los encuentros de las irrealidades
cuento la trasmigración de los cariños
sobre la tibia mesa de los atardeceres
cuento el aire que mueve la ceniza
y la novedad que se disfraza de sombra
cuento las alegrías mucho mejor que las penas
aunque tras la pena venga la esperanza necesaria
el quejido del sueño que vive
sumo día a día
los recuerdos silenciosos
de los que dependen las arrugas
que habrán de poblar mi cara.
VI
Compases del viento amargo
lucecitas en medio de una tempestad de miradas confusas
estaciones existenciales que reniegan del azar y el destino
que convierten el pan en ausencia
y el recuerdo en una cuerda abrazada por nudos y cascabeles
ya no guardo en la conciencia
el embrujo de aquellas cruces ensangrentadas
ni el brocal de los ideales sumergidos
ni la piedad que hace falta para seguir
con todo seguir
para seguir soñando
como un garabato triste
suena la voz que un día volverá a querer
suenan los pasos que pisan por donde la luna ríe.