martes, 9 de diciembre de 2014
Diario de una perra en Argentina (Semanas 77 y 78)
SEMANA 77
Día 540
(Recuerdos maravillosos)
El camino se oscurece pues la noche
nos alcanza y nos ciñe. Sin embargo en una mochila invisible llevamos velas y
linternas, faroles, focos, faros y cuantos artefactos luminosos encontramos.
Porque las estrellas distantes nos guían con sus actos, y en su ubicuidad
celeste, nos enseñan a ser fuertes y valientes.
Javi teclea en la pantalla mientras
juego con Oso a las corridas. El barrio respira tranquilidad y se percibe el
olor de los diferentes guisos de las casas vecinas.
De pronto su pensamiento me llega
nítido, como un chorro de imágenes. Javi recuerda las playas del sur de nuestra
tierra, las del norte, el oeste y este, las montañas extraordinarias, los
lagos, los pantanos, los campos y senderos recorridos, las quebradas profundas,
los ríos y las pozas, los árboles imponentes que nos sobrecogieron, las piedras
levantándose del suelo para que nosotros subiéramos hasta arriba, y el resto de
paisajes increíbles. Cada estrella distante cuenta con su historia. Historias
cargadas de luz y rebeldía, de momentos felices y también aciagos, de belleza y
entendimiento, de amor y desamor y tolerancia.
Los recuerdos se superponen, los
besos y el cariño se extiende como un manto por el cielo. Desde Finisterra a
Zahara de los Atunes, desde Cap de Creus hasta Matxichaco, desde el cañón del río Lobos al pico Ocejón, desde
la Selva de Oza y Aguastuertas a Sintra; y las termas de Arnedillo, y la Sierra
de Albarracín, y la cueva de casares, y el barranco de la hoz, los altos de Guadarrama,
Canto Cochino, Casavieja, Barbate, Rociana del condado, Novés, Almograve y
Altea, El Ordial, y tantos rincones maravillosos compartidos con los astros
entonces tan próximos, sentidos como ahora.
Su luminosidad trepa a los ojos de
Javi que sigue tecleando. Gos y Oso de pelean por un lugar junto a la puerta,
unos niños descalzos preguntan a la humana vieja si pueden agarrar algunas
ciruelas que han rodado desde el patio a la vereda. Entro despacito en casa y
compruebo que Javi llora aunque sonríe, y me acomodo bajo la mesa de la cocina
para repasar con él nuestra vida de allá en estos últimos años.
Día 541
(Cuántas flores)
En nuestro pueblo y en los campos
que lo rodean nacen y crecen cientos de flores diferentes. En los viveros,
miles, millones, acariciadas por la mano, tocadas por la luz del sol y el agua,
llenando el aire de fragancias poderosas que guardan en su esencia las
sustancias del mundo.
Ni nariz no da abasto; tampoco mis
ojos. Javi fotografía todas las que puede y aprende a distinguir las especies,
a saber cómo se llaman, de dónde proceden y cuál es su destino o desempeño.
Acá, donde vivimos, algunos humanos se dedican a hacer miel y diferentes
productos apícolas, allá, en nuestra tierra había también muchos humanos que se
dedicaban a hacer lo mismo. Javi leyó una vez que si llegaran a desaparecer las
abejas el ser humano no podría sobrevivir mucho tiempo porque la diversidad de
plantas se reduciría en extremo y el hambre se extendería por todos los
continentes. Cada especie animal y vegetal tiene una función en el planeta, y
nadie se imagina lo que podría ocurrir si cualquiera de ellas desapareciera.
Los humanos, tan destructivos en su progreso, habrían de regresar al equilibrio
antiguo, y anclar su avance insensato, al menos hasta que éste no resultara tan
nocivo.
Javi toca con los dedos los pétalos
de una flor y sonríe. Una abeja sale de la corola llevando en sus patas el
polen. Yo me acerco para olerla y mi nariz sueña con colores.
Día 542
(El Hangar)
Javi se ha marchado a trabajar y el
día se ha transcurrido en el patio sin novedades hasta su regreso. Yo he
pensado que iríamos a dar nuestro paseo de costumbre, pero en vez de dirigirnos
hacia la villa hemos trocado la trayectoria, caminando hacia el centro del
pueblo.
Los humanos atestaban las calles y
resultaba dificil avanzar entre tantas piernas. Javi sonreía y me silbaba de
cuando en cuando para que me acercara a él o me parara antes de cruzar juntos
la calle. Algunos compañeros callejeros nos seguían un momento antes de volver
a sus quehaceres. Todos me han llevado alguna vez dentro de sus ojos, y tal vez
por ello conocen mi olor.
Hemos llegado a un bar cerca de la
plaza. Lo más curioso es que me han permitido pasar, sin tener que esperar
fuera. Javi se ha acercado a la barra y ha saludado a una humana simpática que
le ha servido un café a Javi y a mí me ha puesto un poco de agua en un balde.
Javi se ha sentado en una mesa y ha sacado de su mochila la pantalla
tecleadora. El bar estaba vacío, impoluto, con cuadros de paisajes de esta
tierra colgados de las paredes y fotografías viejas. El techo es alto y
extraño. En verdad el bar pareciera un tubo cortado por la mitad. Mientras Javi
tecleaba la humana ha venido con nosotros a la mesa para charlar con Javi. Creo
que ya se conocían de antes, porque se han puesto a enseñarse algunos de los
dibujos que tienen sobre la piel y se han besado. Algunos clientes abrían la
puerta para romper la calma, y Javi se ha puesto a teclear y a escuchar música.
Los pensamientos de Javi me revelan
ahora que dicho bar era antiguamente un hangar para aviones pequeños, que el
dueño se lo vendió a otro humano para que lo convirtiera en edificio, y que la
humana simpática es su hija. Un día coincidieron donde Javi va a hacerse los
dibujos sobre la piel. Bajo la mesa observo a Javi mirándola con deseo, y ella
le devuelve la mirada cuando se acerca a servir a un grupo de humanos unos
porrones de cerveza fría.
Día 543
(Hablar con las estrellas
distantes)
Javi está triste desde hace unos
cuantos días. La distancia se añade a los golpes y a las adversidades que nos
alcanzan. No obstante hoy dicha tristeza se transforma en compromiso.
Después del trabajo ha pasado por un
locutorio para llamar a David y Elenita. Ayer les pidió permiso con un mensaje
y ha podido así escuchar sus voces insólitas. No sabía bien qué decirles. Por
respeto no ha hecho pregunta alguna y se ha sentido pueril y torpe. Simplemente
quería decirles que su corazón está allá con ellos, que les admira y ama, y que
sentía mucho no poder estar a su lado.
Es sencillo hablar con las estrellas
distantes, porque en su luz son seres comprensivos y fraternos, seres
extraordinarios con una fuerza prodigiosa, que siempre terminan riendo por más
que la vida les hiera.
La tristeza continúa y estará
acechando tras las luchas interiores y exteriores. La tristeza de una estrella
es tan fértil como la alegría, porque todo lo que nace dentro de ellas se
transforma después en luz.
Día 544
(Joda laboral)
Nos hemos levantado más tarde que
otros días. Javi se volvía a dormir después de despertar, obligándose a un
descanso necesario, pues las últimas semanas de trabajo han sido largas y
cargadas de esfuerzos físicos y mentales. Los sueños se vienen repitiendo; las
montañas, las cordilleras entreveradas, los mismos rostros anhelados, las
mismas frases y palabras, que son fruto de la nostalgia y el deseo; estrellas
distantes que se acercan al inconsciente a tocar con sus dedos luminosos la
paz, amigos y familiares cautivos en la memoria, compañeros perros y otros
bichos mostrando su valía, su determinismo mágico.
Después de desayunar hemos ido al
centro del pueblo. Javi necesitaba comprar algo de ropa, y hemos pasado a las
galerías que se encuentran cerca de la terminal de vehículos colectivos. Yo me
he tenido que quedar fuera, aunque me ha resultado provechoso, porque había
varios puestos de comida y he podido así disfrutar de buenos restos y caricias.
Al mediodía hemos regresado a casa y Javi ha preparado unos fideos con
verduras. Luego de comer ha estado tecleando un rato entanto yo jugeteaba por
el patio con Oso persiguiendo lagartijas y volcando los baldes de agua. Más
tarde nos hemos echado la siesta, aunque el calor apretaba y Javi ha tenido que
levantarse a prender el ventilador. Por la tarde hemos ido a pasear. La villa
reventaba de humanos y perros y en los potreros los cachorros hallaban los
misterios de la vida y sus metáforas. Javi se ha sentado a verlos y a escribir
en su libreta. Y es que cuando uno mira un cachorro lo que está contemplando es
el porvenir.
Recién entrada la noche Javi se ha
bañado, se ha afeitado, se ha puesto, por sentirse así, guapo, y se ha
despedido de mí pidiéndome que me portara bien. He escuchado la puerta de casa
desde el patio y enseguida he empezado a seguirle dentro de los ojos de algunos
compañeros callejeros. Tras dirigirse al centro, ha llegado a aquel boliche
donde fue hace unas semanas con los humanos especiales. Allá le esperaban unas
compañeras de trabajo, que junto con otras que han ido apareciendo después se
dibujaba una gran joda.
Como no quería perderme nada de lo que ocurría,
he tenido que cerrar los ojos, hecha una bola bajo el galpón del fondo, y
volverlos abrir para mirar con los de Javi y observar así su inmensa alegría
natural desparramarse con las horas, riendo y haciendo reír, bebiendo de
corrido, administrando relaidades, repartiendo besos, afianzando los cariños,
puliendo los estragos, y a veces la falta de entendimiento.
Si no ha sido el alma, al menos
quiso ser el corazón. Ha llevado de este modo a las que aguantaron el plan
prescrito a un concierto de blues en su bar preferido, invitándolas a todas a
beber whisky con coca hasta quedarse sin plata, enamorando silenciosamente a
cuantos humanos conocía y sosteniento el aire de la madrugada con sus gestos
desmesurados y sus guiños inocentes. Sin dormir se ha ido a trabajar con los
humanos especiales, dejando atrás nuevos amigos y alguna humana con un traspies
de deseo, labios y expectativas.
Me le imagino ahora, sin poder
entender cómo es posible, compartiendo con los humanos especiales toda esta
energía acumulada. Sé que cuando regrese ya no habrá día para nada más; pero me
alegro que Javi viva y sueñe con tanta intensidad, y que arrastre a otros
humanos a derrochar sus sentimientos más íntimos.
Día 545
(Vuelve el frío)
La temperatura ha bajado estrepitosamente
durante la noche y esta mañana todos los bichos nos acurrucábamos para dormitar
junto al galpón. La lluvia y el viento han logrado que los humanos
permanecieran dentro de las casas, y por ello las calles del barrio parecían un
escenario sin personajes.
Javi ha regresado a la tarde. Ha
venido con cara cansada pero feliz, y después de ir a pasear un rato y de
comprar algo en el supermercado chino, ha preparado una merienda cena y se ha
echado a dormir.
Se ha dormido tan profundo que no
podía escuchar los tremendos truenos ni los silbidos del viento empujando la
ventana. El cielo se quebraba, pero en sus sueños Javi se resarcía caminando
por la cuerda de una sierra nevada. Cuando ha comenzado a temblar me he subido
con él en la cama para calentarle los pies. Me ha abrazado contra su cuerpo por
instinto, sin despertarse, y yo movía el rabo por hacer valer mi calor.
Ahora respira con tranquilidad y
descansa de estos días intensos y mudables. Mañana le tocará levantarse a
trabajar de vuelta, y aprovechamos así la vuelta de este frío momentámeno para
dibujar cualquier primavera futura.
Día 546
(Otra rama transcendente)
Javi teclea en su pantalla y el
árbol se despierta con el aire. Una rama ausente brota desde el tronco y
despliega su espiral. Lleva en sí el poso de la muerte y el entendimiento tenaz
de su origen.
Tía Asun
Tía
desde que nos dejaste
nunca volví a llorar en los
velorios
fue tan cruda tu pérdida
tan
temprana
tan mordaz tu lucha contra la
enfermedad
que hoy me pregunto cómo podías
sonreír
cuando las nauseas de la quimio
te hacían vomitar la vida que se
te escapaba
contigo aprendí
que la muerte puede liberarnos
en mi memoria quedó el postulado
de que los que mueren
no sufren
a pesar de que se pierdan tantas
cosas
debo agradecerte la claridad
en la que tu recuerdo permanece
intacto
tu muerte colocó cada sentimiento
en su lugar
y logró que mi padre abandonara
el tabaco
por las flores.
La vida y la muerte no se oponen, se
respetan. No son adversarias, sino aliadas inasibles. Javi reconoce en ellas
una vieja igualdad, y es que por ellas la libertad se convirtió en posible.
SEMANA 78
Día 547
(La controversia inexistente)
El cozarón no se divide, se multiplica.
Antes, la razón de nuestra tierra, sus realidades particulares nos asaltaban.
Hoy, por vivir al otro lado, por considerarnos habitantes de este ecosistema
diferente, las realidades de acá nos asaltan asimismo. Hay una controversia
emocional que se resuelve de buen grado hasta ser inexistente. Admitir que nada
nos pertenece, salvo que tiempo que tenemos, que la vida cuenta con múltiples
sentidos, que depende un cachito de nuestras decisiones por más que nos veamos
sometidos a los designios del sistema y quienes lo ciñen. Somos seres del
mundo, y no por ello estamos desarraigados. Porque las viejas raíces se riegan
con el aprendizaje, y en la búsqueda otras nuevas nacen para asentarse y
profundizar.
Javi sufre la distancia, y más
cuando la pena alcanza a los suyos. La alegría resulta más cercana, como si no
existiera ni el océano y las fronteras sociales. Yo no sufro tanto, pues sólo
me importa estar con él. Y así, sobre las baldosas del patio, mientras Javi
teclea en la pantalla, huelo sus pensamientos, que establecen un puente
positivo. La controversia deja de existir si concebimos el azar y el sueño como
el motor de todas las cosas.
Cuántos hubo en el pasado que se
marcharon de su tierra porque su tierra estaba en otras manos. Ahora formamos
parte de esa historia grande y antigua. La nostalgia ya no podrá abandonarnos,
pues estemos donde estemos, acá o allá, echaremos de menos una de las dos
orillas. Quizá lo más sentato sea seguir enamorándonos de nuevas orillas.
Día 548
(Terapia a domicilio)
Javi ha regresado del trabajo y
después de dar juntos un pequeño paseo, se ha marchado de nuevo hasta la noche.
Le he seguido en los ojos de algunos compañeros callejeros, hasta un barrio
contiguo al nuestro, en cuyo fondo se encontraba el matadero del pueblo. El
olor se volvía nítido en mi nariz, en tanto le veía caminar por una calle
interminable de tierra y alcanzar un puñado de casas pobres atestadas de
humanos, construidas con maderas, escombros y chapas, rodeadas de árboles
inmensos y flores. Los cachorros corrían descalzos por las veredas y cualquier
balde grande se convertía en pileta improvisada. El calor resultaba
insoportable, y los humanos se valían de mangueras, ventiladores, abanicos y
bebidas heladas para tildar el sudor de sus frentes.
Javi ha entrado en una casa humilde tras
llamar dando palmas. Ha estado charlando con una humana compañera de trabajo y
después con su cachorro grande. La semana próxima va a iniciar una terapia
positiva y domiciliaria con los dos, y parece necesario conocer dónde y cómo
viven, saber en lo posible la realidad de sus vidas, sus carencias y potencias,
sus virtudes y sus fallas.
Esta villa pertenece a los
inmigrantes paraguayos. Se nota por las telas colgadas entre los árboles y
porque toman infusiones de fruta con la pajita metálica, y por la tonada que
esconde el guaraní. Los pensamientos de Javi me revelaban diferencias obvias.
Javi se ha ido con el cachorro a jugar con sus amigos a un potero de tierra
situado entre varias casas.
Siempre se arma el juego al caer
el sol y ahora las humanas lindas y morenas se acercan a mirar con las
camisetas subidas para mostrar sus ombligos somnolientos.
Día 549
(Exhibición de zooterapia)
Estoy dentro de los ojos de Javi.
Cada vez que esto sucede siento los latidos de su corazón y el ritmo que marca
sobre mi presencia. Un grupo de humanos jóvenes están sentados a su alrededor
formando un gran círculo, y entre ellos algunos humanos especiales que aguardan
su momento.
Han ido de visita al hogar a ver
cómo trabaja Javi con los humanos especiales, y a encontrar, esto es seguro,
sus nacientes vocaciones por asumir. Javi sujeta a Pedro con la cadena y les
habla de la importancia de derrochar y tranmitir energía positiva, de ser
terminantemente pacientes, de priorizar el bienestar de los humanos especiales
al trabajo, explicando los inumerables beneficios de la terapia asistida con
animales.
Los humanos jóvenes escuchan y luego
asisten a los diferentes ejercicios de coordinación y clarificación emocional,
que Javi desarrolla cada día con los humanos especiales fortaleciendo su
vínculo afectivo.
Las sonrisas afloran a los rostros,
seguidos de algunos aplausos. Los ojos brillan enseguida, encendidos en el
aire. Los humanos especiales consiguen alzar la alegría porque son viento y certeza.
Tienen algo en común con los perros, por ello se entienden con profundidad.
Ambos necesitamos cuidados por parte de la sociedad humana, y respondemos
positivamente a los estímulos placenteros, al alimento, a las caricias y a las
palabras resplandecientes.
Día 560
(Feria anarquista)
Javi se ha marchado hoy a la gran
ciudad. Lo he sabido en cuando salió de casa y distinguí, entre otros aromas,
el olor de sus pensamientos y su trayectoria. Nuevamente el viaje hasta los
altos edificios, para tomar el tren subterráneo y llegar a un lugar
desconocido, apenas a unas cuadras de una inmensa avenida.
Se trataba de una feria ubicada en
unos aparcamientos contiguos a un parque. Al principio Javi se ha dedicado a
recorrer los puestos de libros y artesanías, y después ha comprado para
almorzar unas empanadas de choclo a una humana vieja que tenía el pelo blanco y
llevaba puesto un vestido de colores transparentes. Más tarde se ha sentado con
otros humanos a escuchar algunas charlas y debates. Ha participado como los
demás y al verde de sus ojos se ha añadido el brillo de la ilusión. Ha
intercambiado teléfonos y correos con varios humanos y humanas con los que ha
simpatizado enseguida.
Al final del día ha regresado a casa cargado de alegrías y
sospechas. Y ahora, sentado en la puerta, contempla las estrellas distantes y
les cuenta lo vivido. Siente, como muchos de los que integraban la feria, que
la ideología libertaria, es lo único que puede salvar al mundo del desastre .
No es necesaría una autoridad ni unas reglas sancionadoras para vivir en
comunidad y obrar el equilibrio; sí, la solidaridad de los pueblos y unos
valores humanos universales. La igualdad y la libertad serían posibles en un
mundo en el que la ignorancia no existiera y el respeto sustituyera a todas las
policías, en el que todos trabajaramos unas horas para la colectividad que nos
asuma y otras para tocar nuestros sueños con los dedos.
Día 561
(Día de pileta)
A media mañana han llamado a la
puerta de casa, y Javi ha abierto con una sonrisa en la cara. Al otro lado se
encontraba el humano que vivía con nosotros en el sitio de los perros. Ha
entrado como un torbellino, hablando sin cesar, abrazando a Javi con fuerza, y
apurando su sonrisa. Javi le ha ofrecido un café mientras preparaba su mochila,
y antes de que me diera tiempo a asumir la separación, me han llamado para
subir a su coche y marchar por la gran carretera hasta otro pueblo situado unos
kilómetros hacia el norte. Un universo de árboles, plantas y flores, se
extendía cerca del río enorme, y los pajaros y sus silbidos melódicos nos
recibían desde las ramas.
Hemos llegado a la casa de una
humana linda que tenía una piscina en medio de un jardín maravilloso. Acá, a
las piscinas se las llama piletas, aunque en esta pequeña diferencia cabe su
interpretación. El calor del mediodía ha llevado a los humanos a sumergirse y
nadar en el agua, y en tanto yo me divertía explorando los mil olores del
jardín, ellos jugaban y se reían en el agua como si fueran cachorros.
Las horas han transcurrido con calma
y en esa suerte el calor se ha ido aplacando sobre los árboles. Uno de los
humanos, un amigo del humano que vivía con nosotros, una vez que me he acercado
a la pileta, me ha empujado, y después de nadar hacia el borde y de sentir el
sabor del cloro, he salido para salpicar con fuertes sacudidas la tranquilidad
de la tarde ausente y el deseo oculto de Javi y la dueña de la casa.
Día 562
(Doce horas de trabajo)
Javi se ha marchado a trabajar y ha
regresado bien entrada la noche. Su cara cansada anunciaba el esfuerzo
sostenido, no sostenible, y ha sorteado levemente el cansancio con cigarros de
hierba e infusiones. Se ha tumbado sobre la cama a mirar películas por la
pantalla, y yo me he tumbado a sus pies necesitada de contacto no virtual.
Ahora duerme profundamente y su
respiración tranquila dibuja un sueño curativo. Está en lo más alto de un árbol
y trata de tocar con sus dedos la luna. Suenan tambores en la lejanía. Y salta
desde la copa, pero nunca llega a chocar contra el suelo.
Día 563
(Primos de sangre)
Javi
teclea y la tarde oscurece. Hace mucho calor. Algunas gotas de sudor engordan su
frente, en tanto prende un cigarro y toma un trago de jugo fresco. El sonido
del ventilador mata los sonidos de la calle. Lleva varias horas así, sintiendo
el olor de la sangre en sus dedos; sintiendo su llamada. Sonríe y empieza a
ponerle palabras a este olor.
SAMUEL
Primo
viniste a enseñarnos a todos
lo que significa la esperanza en
crudo
aprendiste enseguida que el camino
es tortuoso
que la dignidad se encuentra
siempre
en el escalón de más arriba
apenas entiendes ahora que en él
hay también manos que te ayudan a
subir
o a descender
nunca seas tú menos que nadie
lograrás así cualquier cosa que
desees
si el esfuerzo convierte tu
discapacidad en potencial
y la solidaridad sustenta el
desafio
el corazón y la mente
pueden ser un mismo motor rodado
que empuja los pedales de tu
bicicleta
obviando cuántos peligros
integradores
por esa cuesta maravillosa y
extraña
que atraviesa tu mirada limpia
cada vez que te decides a salir
con nosotros
por la puerta.
PAULA Y LARA
Primas
porque quisistéis nacer al mismo
tiempo
tuvisteis que lanzar una moneda
y aguardar que el azar os llamara
con distinto nombre
fuisteis así
dos gotas idénticas que chocaban
contra la inmensidad de la
semejanza
sin embargo se iniciaba en la
similitud
esas pequeñas diferencias
funcionales
que fueron marcando vuestras
caras
vuestros gestos
vuestros actitudes
la verdadera ideosincracia
adquirida
que crecía independientemente de
las células
recuerdo paula
cuando caminabas pegada a la
pared
rascando con tu instinto una
tímida solución
tal vez por ello te gustaron
siempre los animales
y llegaste a crear un mundo
interior sin prejuicios
a ti Lara te recuerdo
saltando sobre las badosas rojas
del paseo
porque las blancas te hacían
sentir vacía y leve
quizás sólo necesitabas llenar el
mundo
como yo
de colores y palabras
esclarecedoras
porque comprendes el gris y la
necesidad
y no te acurrucas con las
desgracias
sois incomparablemente únicas
y aunque la evolución os lleve
por sendas discordantes
hay algo en lo que continuaríis
siendo iguales
ese compromiso de cariño
permanente
y la fuerza
con la que tratais de fraternizar
vuestros deseos.
ANDREA
Prima
lo bueno de sospechar desde el
principio
que la muerte es la última
defensa
de quebrar las bases racionales
de absorver la verdad recóndita
es que pudiste despertar a la vez
todos tus sentimientos
los positivos y los negativos
y reconocerlos para el porvenir
cuando el dolor y el miedo
se controlan
se convierten en guías
atrayendo los sueños
transcendentes
que el inconsciente rescata del
olvido
una vez te dije
que terminarías siendo del Atleti
me gusta pensar
que fue una especie de profecía
que anuncié igualmente para mí
ya sabes
que la felicidad se lucha y se
sostiene
que ha de compartirse con otros
que no se preserva del ayer
que se añade a todas las posibles
sigue entrenándote para la vida
y nunca dejes de sonreir al juego
ni a la verdad.
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