eSte Es uN EsPAcio rEduCiDo De lIBertaD cReaTiva y EspeRanZa aL TrAn...

sin ninguna referencia de ná

La fría angustia que emerge detrás de las cortinas del aire, se puede solventar con un chorro de inteligencia buena y el calor, que nace de los estímulos incandescentes de la vida, en el proceso infinito del vagar de las estrellas.

La candela puede comprender tus manos aprendiendo un oficio imaginable, y sentir (claro que se puede sentir) sentir con claridad todo aquello que haces y permutas y escoges y clamas y reinventas a partir de los elementos que te envuelven –en el ruido cotidiano del reloj- entre la brisa que lleva mariposas amargas y silencios acompasados, y esas lucecitas y también sombras.

Si a tu corazón le gusta asomarse a los abismos –como las miradillas que abandonan la seguridad de los portales- no te pienses primo/a que te encuentras ahí sólo/a. Recuerda que existe un cielo y un sueño y una tierra colmada de inciertos desafíos; y en mitad está tu mente, y todo aquello que genera: tus actos o tu indolencia…

Tu mente y la razón que ciñe todos los universos ajenos.

martes, 13 de enero de 2015

Diario de una perra en Argentina (Semanas 83 y 84)


SEMANA 83

Día 575
(Emociones aromáticas)
    El olor de las plantas, que no anuncia comida, salvo los pequeños brotes de pasto con los que a veces me purgo, huelen a alegría; en cambio, el olor de la carne asada, que predice intensamente el alimento, que me hace salivar con inmediatez y esperanza, huelen a nostalgia. Mi nariz poco a poco se ha ido acostumbrando a los aromas emocionales de esta tierra, que difieren apenas en matices de aquellos que existen en la nuestra. Sé así que Javi, al teclear, huele a océano, sierra y sangre, que nuestro patio desprende una paz positiva, que la vecina con gafas se perfuma de sexo y lucha, que las calles condensan nubes de confianza y pólvora, de plata desparramada y sueños de ceniza, que los árboles imponentes y las flores despiden olores para formar calendario un intimo, que señala semana a semana el paso del tiempo y las estaciones.
    El olor de la libertad es nítido, y se extiende cada día a nuestro alrededor enhebrado de esfuerzo y cariño. La incertidumbre es inodora, y por ello el olfato ha de ser un modo de predecir el futuro inmediato.



Día 576
(Se acaba el 2014)

    Cómo contar las semanas y trascender al punto, ajustar la mirada y situarla sobre el año que termina, para recordar lo vivido, lo aprendido, para bien o para mal, en este tiempo de exilio, de crecimiento cotidiano, de aprendizaje sustancial. Estar alejado de los nuestros y sentir que existen otros nuestros acá, por convivencia y sentimientos. Divagar con los sueños, entender los imposibles y bregar para transformarlos. El 2014 comenzó con muchos cambios. La pradera maravillosa y utópica se deshacía en su debacle. La negligencia de sus dueños humanos rompía el ecosistema entre las distintas especies. Enseguida intentaron robarnos y nos mudamos de sitio. Fue como dar un salto. Ahí quedó nuestra casa-chabola, Negro y su espíritu, Alejandro Magno y su clan, Pepe, los burros, las gallinas, los animales extraños que vivían bajo la montaña de palés, los árboles imponentes y el resto de seres. Quedaron vivencias, experiencias prodigiosas, la libertad en firme y la lucha salvaje. Nos amoldamos a una vida diferente, casi fuera de la esfera social humana. Javi divagaba entre dos orillas enfrentadas. Che y yo no corríamos más peligro en la nuestra, pues la gran carretera podía resultar inexorable, pero éramos completamente felices, sin correas y en un espacio natural y territorial único. Aprendimos tanto, construyendo nuestra nueva vida de acá, viviendo al límite del sistema, que cuando llegamos al barrio, al pueblo, aunque las comodidades regresaron, nos costó adaptarnos y reemprender la senda humana y sus costumbres coactivas. El viaje al Sur-Norte con Laurita nos rescató de aquellos sentimientos turbios, y a la vuelta, Javi se situó en un cerro de optimismo, mientras ultimaba su sueño, tecleando hasta la extenuación, cumpliendo sus plazos existenciales, alimentando la esperanza y el desafío. Cuando por fin terminó, la celebración apenas se quebró en sus pestañas, porque vino la etapa más difícil. Sucedió lo del atropello, la muerte del abuelo Víctor, el bajón anímico y físico, pero había que seguir trabajando, cada día, a pesar que las ganas flaqueaban. Che desapareció, dejando en nosotros un vacío confuso. El patio parecía en aquel principio frío, aunque la manta verde acunó mis entretelas y mis dudas. Los meses fueron transcurriendo, tal vez acelerándose de a poco. En tanto Javi se dedicaba a entender que lo del título y la visa sería más complicado de lo que nos prometían, y a corregir sus ánimos, corrigiendo también su sueño. Nos fuimos así haciendo al barrio, a los humanos que viven acá, a sus seres, y un nuevo modo de ecosistema impuro nació en su concilio. La humana vieja, la humana con gafas, el vecino del fondo, el cachorro grande, los vecinos mecánicos, la kioskera linda, Gos, Oso, los gatos, los patos y las gallinas extrañas, son parte de nuestra familia reciente y de nuestro corazón. Nuestro acento se ha ido transformando y ahora los humanos y los seres de acá nos aceptan. Es inconcebible saber a dónde nos conducirán las cosas. La ausencia de Noa, el susto que nos dio Naquel y la alegría temprana de su adopción, la tristeza al saber sobre Elenita, David y su herencia, que abrazó a la vida tan fuerte, que la consumió con todo su amor, son los vaivenes que nos traen las olas y el viento, atravesando el océano y las distancias. Continuamos luchando, unidos más que nunca, conocedores del universo interior de cada uno y de las circunstancias que nos rodean. Hoy puedo decir que soy más humana y que Javi es más libre, aunque la libertad le pese como una piedra sobre la espalda. Si la sociedad no acepta su capacidad, él se las arregla para desarrollarla, si nos empujan a ser sombras ilegales, no nos preocupa porque somos luz. La terapia optimista es su forma de obrar por su prójimo, y nuestro modo de vivir el ejemplo silencioso que trata a cada instante de plasmar en nuestro entorno el significado de ese sueño que Javi corrige en su pantalla y que brilla en sus ojos para colmar mi nariz.   
    Javi ha ido a cenar al sitio de los perros con algunos amigos, y ahora celebra con ellos la llegada del nuevo año. Como estoy dentro de él, sé que ni las drogas ni el alcohol suplen los sentimientos reales; sentimientos de nostalgia, de incertidumbre e ilusión. Por ello la mayor de las rebeldías humanas consiste en extinguir el tiempo en un puño, mirar los árboles del fondo, besar unos labios morenos durante la amanecida de niebla, y descubrir en luces de colores y la música electrónica un sentido transcendental.



Día 577
(El prometedor 2015)

    Los pensamientos de Javi se sitúan sobre nuestro porvenir. Dos sendas se abren a lo lejos, una que recorre esta tierra que un día nos permitió comenzar de nuevo y otra que nos conduce a la otra orilla, donde nuestra tierra nos llama a volver. Quién sabe hacia cuál de las dos nos llevarán nuestras patas. Ambos estamos preparados para cualquier cambio. Todo este tiempo vivimos en la escuela de la vida y ahora, habiendo aprendido algunas cosas, estamos dispuestos a aprender todavía más. El sueño de Javi prospera, despacito, forjando una estructura inalterable que anticipa su intención. Yo protejo esta esperanza con cariño, y porque esa es mi esencia, mi afán ha de ser acompañarle, aguardando sus caricias y su entendimiento.  De este modo vamos afianzando nuestra relación, que continua creciendo como un árbol. El trabajo con los humanos especiales y con Pedro nos permiten el pan y el sentido, y al descubrir las historias de acá, amando a los seres que las protagonizan, nos hace profundizar en él. Somos de este barrio y de este pueblo, al igual que fuimos de cada lugar en el que residimos. El sitio de los perros, la pradera maravillosa, y también aquel pueblito en la sierra, en nuestra tierra, y aquella casa que bordeaba el río y el parque. Por más que nacimos en un lugar, sentimos que pertenecemos de otra forma a nuestro paso. Ninguna tierra es de nadie, y aunque el sistema humano nos excluya, no ocurre así con su comunidad.
    Este año que comienza tiene trazas de ser trascendente. Mi nariz me anuncia y me revela las primeras sensaciones. Veo a Javi hablando con los suyos en la pantalla, sonriendo y con los ojos brillantes. Ahora, después de despedirse, se arma un pitillo de hierba y empieza a teclear mientras yo me tumbo sobre las baldosas frescas. Afuera, en la calle, el calor condiciona la tarde. Las radios están prendidas y compiten para hacernos llegar su música. Es 1 de enero del año 2015. Tal vez una perra no debiera entender de calendarios, sin embargo compartir el corazón humano tiene sus consecuencias.     


Día 578
(Un árbol de espirales sobre la piel)

    Hoy nos hemos levantado temprano, pues ayer, salvo algunas horas de vigilia, Javi tecleando y yo divagando por el patio con Gos y Oso, nos la pasamos durmiendo. La joda de fin de año aún flota en la mirada de Javi, y por ello ha decidido alejar su química artificial dando un gran paseo por el río enorme. Los colores de la mañana eran intensos y el olor de las plantas, las flores y los animales, han avivado nuestro ánimo, a Javi le han filtrado la sangre, en tanto a mí me hacían correr de alegría. De vuelta el calor comenzaba a apretar, y así, al llegar a casa, Javi me ha mojado en el calefón para refrescarme. Él se ha preparado para salir, y no ha tardado mucho en hacerlo montado sobre la bicicleta. Las horas han transcurrido como las nubes atravesaban el cielo. Y como poco había que hacer salvo mordisquear algún hueso, me he acurrucado junto a la puerta para esperarle.
    A su regreso, sus ojos brillaban con intensidad. Después de dar un nuevo paseo, esta vez por la villa, hemos comido algo y Javi se ha puesto a escribir en su libreta. Los cachorros jugaban en la vereda a la pelota y sus gritos entraban con la luz por las ventanas de la cocina. Javi ha parado de pronto y se ha sacado la camiseta. En su espalda, sobre la piel, han dibujado un árbol de espirales. Es el mismo que Javi representa en versos afianzados de amor y genealogía. Una homenaje perenne a todos aquellos humanos que fueron y son importantes en su vida, que forman su clan, su manada, por quienes siente un compromiso afectivo. Cada uno, una espiral, desde las raíces a las ramas.  


Día 579
(Conversación con la humana vieja)

    Tomando una infusión con el palito metálico, Javi y la humana vieja hablan sobre sus respectivas vidas. Antes de que la humana marchara al Norte para ver a uno de sus hijos y terminara con ello la terapia propuesta por Javi, solían tener charlas parecidas, que al final de la tarde les hacían intercambiar impresiones y recuerdos. Su amistad se cultivó con las conversaciones, pues el entendimiento parte de la escucha mutua.
    -¿Cómo era este pueblo cuando llegaste desde Tucumán?
    -Diferente. Ya era grande, pero na que ver lo que es ahora.
    -Y ¿por qué Escobar precisamente
    -Me vine juntada con un hombre de acá. Como él estaba casado, pasé al principio mucha vergüenza. Le conocí en Santiago del Estero. Él trabajaba haciendo las vías del ferrocarril y yo en un tambo en el campo.
    ¿Qué es un tambo?
    -Una especie de granja, con cabras y vacas.
    -Mirá qué bueno. Mis abuelos también tenían vacas y cabras. El campo es el campo, acá y allí.
    -Viví en la misma casa con su mujer. Él ya tenía tres hijos varones. Pronto tendría conmigo tres hembras.
    -¿Y qué pasó con su mujer?
    - Pasar nada. Terminamos siendo amigas. Estaba enferma y murió tiempo después. Fue ella quien le dijo a su marido que se buscara otra mujer. Así lo hizo él.  
    -Mucha generosidad ¿no?
    -Más vale. ¿Tú nunca has tenido mujer ni te casaste?
    -Amar he amado, pero nada de casarme.
    -Ah, entonces vos sos un gato.
    -Jaja… No, che, no soy ningún gato.
    -Y allá en tu tierra no tenés a nadie.
    -Sí que tengo. Pero nadie que haya podido atarme e impedirme el vuelo.
    -¿Viste como sos un gato?
    -Soy más bien un pájaro.
    -¿Y qué es lo que más echás de menos de allá?
    -Sin duda la gente. Sueño con ella. También algún rincón especial. Imagino que a vos te pasará lo mismo. De Tucumán a Buenos Aires existe casi un continente de por medio.
    -Sí, la gente es distinta. Y la forma de vivir.
    -También en nuestras vidas hay otras semejanzas.
    -¿Cuáles, dime?
    -Ambos hemos sido bastante libres amando. Vos te juntaste con un casado y yo tengo mis estrellas distantes.
    -No se puede comparar. Vos estás con una y con otra, y en verdad con ninguna. Yo, desde que murió mi marido no he vuelto a estar con nadie.
    -Eso amiga, es porque su muerte te volvió bastante boluda.

    La humana vieja se ríe, alcanzándole el mate cebado. Javi chupa despacito el palito metálico, y busca mis orejas bajo la mesa para acariciarme.


Día 580
(Plazos)

    Los humanos construyen expectativas, planifican proyectos y sueños, metas como un horizonte visible, referencias y mapas para llegar, y por si no fuera poco, encima se ponen plazos. Con ello, dejan que el tiempo les asfixie, y se cuela en cada acción y pensamiento. Javi no es distinto a los otros humanos, sin embargo, sus plazos son de goma, y consigue estirarlos para sortear la chasco y sus vacíos.
    Esto no significa que a veces la frustración le alcance, y que tenga que filtrar sus sentimientos para mitigarla. El tiempo es para Javi un dios abstracto que controla la realidad a través de su conciencia. Es un dios interno, que refleja las leyes de la física y relativiza nuestra vida, y uno externo que empuja y se desespera. Lo ideal es no hacerle mucho caso.
    Los plazos de Javi pasan por la sociedad humana, aunque rápidamente los desestabiliza. Si no hay ambición ni sueño determinista resultan simplemente una indicación razonable e instintivamente defendible.
    La mente de Javi los desplaza, por ello continuamente brillan. La visa de trabajo en unos meses, el título para cuando asistir a las clases no suponga una lacra irracional, la equinoterapia será cuestión de la trayectoria ignota, la corrección del sueño cuanto antes pero sin ansiar su certeza, y el posible retorno a nuestra tierra, esto sí, al amparo de nuestro corazón y sus súbitas necesidades.
    Mis plazos son también sus plazos. Estar siempre a su lado, en los momentos buenos y en los malos, y sentir que nuestro amor es tan fácil,  como oler sus pensamientos y encontrar su mano tierna y su silbido.     


Día 581
(Familia de no-sangre, antigua)

    Hoy Javi se ha levantado temprano. Ha compuesto el desorden súbito de la casa, ha desayunado café y unas tostadas con aceite, se ha bañado, y después de armarse un pitillo y abrir la puerta del patio, se ha marchado a trabajar.
    Las horas han acondicionado la mañana, y el mediodía ha sido custodiado por un criterio atemporal. Como las gallinas extrañas no dejan de tener pollitos, luego los perros callejeros los equilibran. Gos y Oso han estado abombados de calor, tumbados en la sombra del galpón del fondo. A mí me gusta más la del sauce y las plantas de yuyo, porque tienen el olor de Javi.
    Cuando ha regresado hemos estado paseando por la villa. Más tarde nos hemos sentado en la vereda de casa, Javi para escribir con su libreta y su lápiz, yo para repasar la comunidad de fragancias que componen nuestra calle. El árbol de espirales de su espalda se asienta y el otro crece para alcanzarle.


RULO
Pocos amigos de la juventud conservé
pues la vida me hizo evolucionar demasiado rápido

a veces pienso si hubiera sido de otra forma
pero sinceramente silbo de alivio

tú eres un puente con aquellos
que un día defendí irracionalmente
que ahora apenas son trazo irreverente
por tomar caminos predescritos
y desvanecerse en esos sueños que no comparto
de los que sólo me quedan instantes de júbilo gris

tú eres parte también de ellos
la misma mirada
                                                  y sin embargo hay algo
que te rescata o te protege
que te sostiene ínfimamente de un hilo

tal vez escuchas el eco del engaño
aunque te atrae de un modo apacible
quizás mis palabras te hicieran reflexionar alguna vez
replanteándote el amor o el credo 

mi madre me decía que tenía que ser como tú

es una lastima que la tuya
                                                 no te dijera
que siguieras a tu corazón de vez en cuando.    




PLEITE
Primo
aunque seamos primos lejanos
segundos o terceros
nunca lo tuvimos claro ni nos importó

aunque me busques en los momentos de frío
y te alejes después en un barco de auto-hipnosis positiva

aunque me llames sólo para  descubrirme lo mismo
una y otra vez
zarandeando las redes del silencio ambiguo
y el reflejo de un charco de LSD

aunque me escribas sin quererlo
mensajes que no sientes
y te empeñes en mostrar una parte de ti
que alguien puso para sujetarte 


aunque te resistas a ver lo que te hiere
y el miedo a la soledad te convierta en títere
reprimiendo tu verdadera valentía 
tus impulsos fundamentales

siempre tendrás en mi un buen amigo
por tu sinceridad incorregible
por tu sentido de la justicia
porque me enseñaste a pelear
y a encajar cualquier golpe

porque aquella vez que me salvaste
y las zapatillas de un rapero
terminaron en el cuarto piso de un bloque
supe que tu presencia en mi vida
resultaba en todo necesaria 


    Javi tiene una familia de sangre que ya ha sido descrita. Ahora es el turno de la de no-sangre, cuyas ramas son un testimonio del respeto y el afecto íntimo, no condicionado, con perspectiva de podas e injerto, de sabia cristalina y ciclos estacionales.


SEMANA 84

Día 582
(Trabajo desorbitado)

    Hoy Javi ha llegado del trabajo con cara cansada y un aire de desencanto que hacía mucho tiempo no tenía. En el hogar de humanos especiales hay problemas que nadie afronta, o que se hace de un modo superficial. Entre humanos enfermos, de vacaciones y caraduras, el trabajo se está volviendo irracional. Los humanos especiales están adoleciendo la ausencia de referencias. Rostros que van y vienen, cuya única querencia es la plata, y que carecen de una vocación social y un compromiso coherente con la institución. Los profesores que aún quedan deben hacerse cargo de su trabajo y el de los que faltan, cubrir huecos, descansos, zafar en el sentido básico, es decir, lograr que los humanos especiales no se lastimen y obrar a su vez para que no pierdan capacidades. Hay algo turbio en todo esto, que Javi no puede dejar de asumir. Hace tiempo que ya advirtió a sus jefes que sucedería, y como éstos le dijeron que se encargarían, ahora se siente engañado y decepcionado.
    El cansancio no le permite teclear como él quisiera, y se tiene que echar muy pronto a dormir. Con todas sus fuerzas lo intenta, pero el malestar se lo impide. Según su opinión varios de los compañeros y compañeras que se enfermaron, lo hicieron por la sobrecarga de trabajo y el estrés subyacente. Bajan las defensas, se agotan las energías. Javi es sólido y se la aguanta, aunque no sabe hasta cuando y también empieza a dudar el por qué.     
    Esta claro que si lo soporta es porque se comprometió a trabajar con los humanos especiales y con Pedro. Sin embargo tiene otras ofertas de trabajo, y si nada cambia, si el engaño se mantiene, no habrá más remedio, por salud y rebeldía, que rajar de ahí.



Día 583
(La remera de hilo)

    El mismo rostro cansado de Javi, durante nuestro paseo de la tarde por la villa. Sus ojos apagados mientras, en el intervalo optimista, los cachorros nos rodeaban con sus juegos inocentes. Al atardecer, los vecinos mecánicos han montado una fiesta improvisada. La cerveza y el asado han invadido la vereda de nuestra calle, y la cumbia, el llámame y las chacareras alegres sonaban en las radios. La humana con gafas recogía la ropa de las cuerdas del patio, mirando a los humanos con deseo, y la humana vieja regañaba al cachorro grande porque le ha vuelto a sacar plata de la cartera para comprarse comida. El humano del fondo y la madre del cachorro han discutido y ahora están cada cual sentados en una esquina del patio, tomando infusión con el palito metálico, en tanto el cachorro, para evitar la riña de su abuela, les iba pasando el mate cebado y la sonrisa.
    La noche ha ido llenando el cielo de estrellas. No eran distantes, sino cercanas. Como Javi no ha querido ir a la fiesta de los vecinos se ha puesto a teclear en la pantalla. Pero su pensamiento divagaba con el cansancio y una remera de hilo, que la humana linda del kiosco le ha regalado a la tarde, cuando ha pasado ha comprar medio kilo de pan y puchos.
    Ahora la llama por teléfono, para decirle que la invita a cenar para darle las gracias. Hay un silencio incombustible, y después un tímido sí. de colgar Javi comienza a pelar papas, batatas y berenjenas.



Día 584
(Los humanos especiales se amotinan)
    Los humanos especiales tienen una sensibilidad que difiere razonablemente del resto de humanos y seres. Soportan el dolor más intenso y la soledad continua. De pronto un estímulo les alcanza el corazón con una fuerza que sobrecoge. Se ríen cuando deberían llorar, y en vez de llorar trazan palabras ininteligibles que nos dictan un sentido oculto. Gustan de una estructura y un ritmo heterogéneo, y de actividades repetidamente variadas. El tacto les incordia o les llama, cualquier sonido les recompone, la comida es para ellos un placer metafísico, donde a veces se permutan en pánico y otras en bondad suprema. La hora del mate es un recinto amurallado en que aferrarse a su cultura. Cuando algo les alegra la vida florece a su alrededor, y si la tristeza o la angustia les roza, bajarán  nubes sombrías desde el cielo.
    El pensamiento de Javi me describe estas cosas, en tanto voltea una tortilla de papas en la sartén y sonríe para alejar el agotamiento acumulado. El centro de humanos especiales ha vivido hoy un motín de residentes. Y es que la revolución también vive en ellos. Por ello piden a su modo más cariño, menos gritos, una pileta, caramelos y un etc de demandas verosímiles, extremando la paciencia de sus cuidadores e incluso sus lágrimas, pues a veces ignoran qué hacer para sostener el silencio tras las puertas.


Día 585
(El karma y la pantalla tecleadora)

    Siempre pasa que los sentimientos turbios tienen consecuencias sobre la vida. Es una ley universal, que algunos humanos denominan karma o integración íntima. Tal vez es la creencia de que todo lo que nos acontece está ligado, y hasta el más mínimo detalle de nuestros actos revela un línea invdivisiblesi que los une.
    Desde hace unos días Javi no puede teclear como quisiera, y las ideas se acumulan en su cerebro como un río al que estancaran su cauce. Lo que fija lo destruye, como si la traducción de su mente a la pantalla fluyera de una forma artificial y arrebatada.
    Hoy, como cada tarde, tras el paseo por el barrio, Javi se ha propuesto derribar el dique. Sin embargo algo he olido yo en su interior que se enfrentaba, y es así que la pantalla tecleadora, proyectando sus sentimientos ambiguos ha dejado de funcionar como debía, y se ha quedado bloqueada, inmóvil y silenciosa, como si con ello expresara un malestar que Javi no es capad de reconocer por sí mismo.



Día 586
(En la gran ciudad)

    Qué fácil me resulta cerrar los ojos en el patio y abrirlos para ver y sentir a través de los ojos de Javi. Contemplar el viaje en el vehículo colectivo y notar su sonrisa en la piel de su cara, pues ahora es también la mía.
    Anoche se acostó muy temprano y el descanso le ha hecho tan bien, que esta mañana lucía en él una mirada alegre y limpia, desconectada de las cargas cotidianas y de los sinsabores acontecidos.
    Ha estado haciendo fotografías en algunos barrios contiguos, Caballito, Flores y Villa Devoto, al norte de la ciudad, y paseando por enormes avenidas en las que se abrían parques frondosos como bosques. Al mediodía se ha dirigido hacia el centro y ha entrado en una casa de tatuajes. Después ha comprado algo para comer y ha ido caminando al jardín botánico.
    Sin duda este es el lugar que más le gusta de la ciudad y durante varias horas se ha perdido en aquella diversidad conmovedora de verdes y texturas. Su libreta se ha ido llenando de poemas casi sin querer, de reflexiones convenientes, y al estar dentro de él las sentía como mías. En el aire de la tarde flotaba una luz tranquila, y aunque el calor hacía transpirar a humanos, perros y demás seres, era maravillosa tanta quietud.
    Las calles de la gran ciudad estaban casi vacías. Muchos humanos se han tomado vacaciones y se han marchado a otras partes, poblando aquellos sitios que en los meses de invierno permanecen despoblados.
    Quién sabe si ha sido el aire, la luz o el vacío, el descanso, la atribución emocional o la esperanza repetida, lo que ha llevado a Javi a sacarse su cortedad y acercarse a dos humanas que se encontraban pintando un lienzo en un rincón de aquel jardín inconmensurable. Durante un rato ha compartido todo con ellas. Comida, arte vivo, bebidas silenciosas, sentimientos, pitillos, experiencias, palabras irrepetibles, miradas desnudas, y al final también besos. El lienzo que pintaban era una maraña de plantas y flores que representaba a la gran ciudad y sus seres. Las dos humanas han prometido a Javi que vendrían a visitarnos a nuestro pueblo para pintar el río enorme y los árboles imponentes. El sol comenzaba a caer sobre los altos edificios de cristal, cuando Javi se ha despedido de las humanas y del botánico, luego de dejar escrito sobre el lienzo un par de líneas: Cortázar ya lo dijo: no puede ser que estemos aquí para no poder ser; nosotros decimos hoy que sí somos, aunque no sabemos si mañana podremos seguir siéndolo.
    Ahora regresa en el vehículo colectivo, con la sensación de que otra vida podría esperar tras un salto. Mañana ha de volver al trabajo, a los desafíos cotidianos, a la lucha constante, y un  nudo de ansiedad atraviesa la boca de su estómago. Hoy tuvimos nuestra tregua, pero el descanso acaba, y la realidad es un frente de batalla.



Día 587
(Secuencia perversa)
    Con hoy ya son cinco los días que Javi ha estado trabajando sólo de profesor en el hogar de humanos especiales. Esta semana se han sumado tres, añadidos a dos domingos anteriores. Es triste cuando la pedagogía y el bienestar han de ceder a la presión económica y la falta de recursos positivos. La situación es grave, y solamente el apoyo entre compañeros está sosteniendo lo insostenible.
    La cara de cansancio de Javi anuncia una nueva semana repleta de cargas. Sin embargo no se somete. La secuencia perversa prosigue su crecida. Acabamos de regresar de dar un paseo, y ahora Javi enciende la pantalla tecleadora, no para corregir su sueño ni para ver alguna película que le distraiga momentáneamente de tanta arbitrariedad deshumanizada, sino para actualizar y enviar su currículum por los canales del aire descrito, en busca de laburos más tangibles y menos dañinos.



Día 588
(Explotadores y explotados)
    En el mundo humano hay una raza de explotadores y otra de explotados. La primera es mucho menor que la segunda, y aún acumula casi todas las riquezas que existen y el poder para mantener los privilegios con los que la reúnen. Las sociedades y culturas humanas fueron evolucionando y desarrollándose, pero a pesar de los cambios, de aquellas libertades extendidas desde la raza de los explotadores hacia la de los explotados, de la transformación de los sistemas, del aumento de las clases sociales, del nacimiento de la burguesía y las clases medias, del fin de los absolutismos, y de la llegada de la mal llamada democracia -que más que por las revoluciones fue impuesta y extendida por las guerras-, las dos viejas razas se mantuvieron, y fueron las mismas libertades que los explotados obtuvieron de los otros las que después de un tiempo convenido les amarraron aún más fuerte, aunque de un modo más callado. Todo estaba escrito.
    Los pensamientos de Javi dibujan otra historia, en la cual las interpretaciones varían. Con Estado o sin él, sólo habría un modo de abolir la desigualdad arcaica. Devolver al ser humano a su primitiva forma social, y establecer unas reglas positivas que afianzaran la libertad verdadera. Si en una sociedad, todos y cada uno de los individuos trabajaran para el conjunto, pongamos cuatro horas, en las fábricas o en los campos, en puestos administrativos, recolectando los frutos del mar o en la vanguardia de las investigaciones, todos por igual podrían beneficiarse de la riqueza. Si existiera una ley que determinara este aporte solidario bajo destierro o exclusión pública, todos tendrían trabajo, casa, comida, abrigo, y un resto de necesidades tanto materiales como espirituales. Nadie pagaría por la educación, ni por la asistencia médica o legal, ni por una entrada de cine o de teatro. La gratuidad de dichos beneficios bastarían para equilibrar la mayor parte de las diferencias. No obstante, algunos dirían, que el sometimiento continuaría de algún modo. Nada de esto. Las cuatro horas de trabajo serían para el bien de la comunidad, para contribuir a sus logros. Del resto que cada uno se haga cargo. Si un humano gusta de elaborar artesanías, que las elabore, si otro tiene maestría pintando retratos, nadie habrá se lo impida, si su afán, en cambio, es hacer política, que hable con las multitudes si le escuchan, o si cree estar en contacto directo con dios o la indolencia, que se rasque todo el día las bolas. Habrá también quien descubra una nueva tecnología que tornará la vida de todos, o quien se dedique a ayudar a los demás, con palabras, cartas, terapias y un etc de filosofías. Sin embargo de estas aficiones personales, gustos, vocaciones o empeños, no se podrá obtener un beneficio económico posterior, salvo el del intercambio libre y el acuerdo. La última consecuencia de todo esto es que el dinero se suprimiría, y el inconmensurable yugo que los opresores colocaron sobre los oprimidos dejaría así de existir.
    En las sociedades humana, apenas trabajan un veinte de cada cien humanos en edad de trabajar. Uno sólo de cada cien mil recauda de una manera u otra los rendimientos de aquellos veinte. Si trabajaran los cien es imposible que uno sólo pudiera atesorar estas fuentes. Por ello a los opresores dependen de un cierto número de parados que fluctúa según sus intereses, y de la incultura de las masas, que aguardan a que el trabajo leas llueva del cielo. Hacen todo lo posible por controlar el destino de los veinte productores, con guerras, crisis y otros vaticinios. Lo consiguen a través del Estado, de los medios de comunicación y de cuantas medidas enajenadoras y coactivas conocen. Si hubiera trabajo para todos y todos pudieran cubrir por igual sus necesidades, entonces el Estado sería absurdo, y el miedo a caos sería inconcebible, pues un nuevo orden derivaría desde su base, sin ideologías, ni banderas ni credos. Los vagos se convertirían para no ser señalados y rechazados, y los corruptos construirían naves para escapar a otro planeta.
    Me encanta oler los pensamientos de Javi, porque siempre acarician la esperanza. No son las mentes ni los brazos los que sobran en su sociedad humana optimista, ni los veinte ni los cien ni los cien mil, ni siquiera ese sólo individuo que los oprime. Ahora se prende un pucho mientras sigue con sus ojos varios niños descalzos corriendo por nuestra calle. Qué lindo sería si todos los seres humanos pudieran correr descalzos, sintiendo ese otro corazón bajo sus pies.         

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